Oraciones de Sanidad - ¿Puedo recibir sanidad de parte de Dios?
Puede que estés enfrentando una enfermedad o una condición terminal y estás buscando oraciones de sanidad. ¡Deseas gritarle a Dios por sanidad! En general es nuestra falta de esperanza la que nos lleva a buscar una fuente sobrenatural para aliviar una enfermedad o condición seria. Para la mayoría el camino normal es la autosuficiencia, la tecnología médica y finalmente el clamar a Dios para que nos sane milagrosamente.
Dios sana porque es Su manera para revelar Su naturaleza a través de Su Hijo. Con compasión, Jesús decidió tocar las llagas del leproso (Mateo 8:3). Mostró misericordia cuando tocó los párpados de los ciegos (Mateo 9:29). Al recibir sanidad de parte de Dios, debemos desear tocarle a Él también. “Y trajeron a Él todos los enfermos, y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaron sanados.” (Mateo 14:35-36)
Oraciones de Sanidad - ¿Puedo recibir sanidad de Dios si mi fe es lo suficientemente grande?
Todo individuo posee la habilidad, a través de las oraciones de sanidad, de expresar la fe – la creencia en la verdad, el valor o la confiabilidad de una persona, idea o cosa. Expresas fe en el manufacturero de vehículos que instala tus frenos, fe en el arquitecto que diseña tu edificio de oficinas, y fe en cosas intangibles tales como la gravedad, el calor solar o una promesa. “Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1) La fe bíblica se determina por 1) la dependencia de Dios en lugar del hombre y 2) la confianza en el poder invisible de Dios.
Ejercitar nuestra fe en el área de la sanidad puede involucrar un comportamiento poco convencional. La Biblia habla de una mujer que estuvo sangrando por doce años (Mateo 5:25-34). Ella sabía que su condición haría que Jesús fuese impuro ceremonialmente, de acuerdo con la ley judía, si lo tocaba. Aún así lo buscó con fe y fue sanada inmediatamente mientras “Jesús se percataba que había salido poder de Él” (Marcos 5:30). La fe genuina requiere acción. Sin embargo, la fe no es algo que podemos conjurar lo suficiente con la esperanza de que Dios nos sane. Finalmente es Dios quien decide si seremos sanados o no.
Para la mayoría de las personas, el enfrentar dolor y la posibilidad de la muerte cambia sus vidas dramáticamente. Para algunos, sus sueños son destruidos, sus relaciones se rompen y la desesperanza consume sus corazones. Para otros, surgen nuevos sueños, las relaciones se fortalecen, y la esperanza se apodera de sus corazones. Un padre en agonía, suplicando, se echó a los pies de Jesús. La hija de 12 años de Jairo acabó de morir. ¿Por qué molestar a Jesús ahora? Jesús le dice al padre que no tema… sólo que crea. Con compasión, Jesús toma a la niña muerta de la mano y la devuelve a la vida (Marcos 5:35-43). Debemos poner nuestra fe en la persona de Jesús, la fuente de toda esperanza y en Su promesa de vida eterna. Dios sabe lo que es mejor.
Oraciones de Sanidad - ¿Puedo recibir sanidad de Dios todas las veces?
La respuesta es definitivamente “¡Sí!” Dios puede sanar toda enfermedad que nos lleve a la muerte. Pero, ¿elige Dios sanarnos en todas las ocasiones? No. El nos puede sanar como resultado de la oración. Nos puede sanar a través de simples procedimientos médicos, a través de la mano experta de un cirujano, o nos puede sanar de una manera que no podemos explicar médicamente. La sanidad de Dios para cada una de nuestras vidas trasciende nuestra perspectiva temporal acerca de la muerte y el dolor. Su voluntad, o plan divino, para nuestras vidas es que esta tienda terrenal sea cambiada por un hogar celestial que nunca sufre los efectos de la corrupción del pecado. (2 Corintios 5:1-2). Como hijos de Dios, siempre hay sanidad para cada uno de nosotros.
Como hijos de Dios, nuestra oración de sanidad puede ser:
“Padre Celestial, Tú estas íntimamente consciente de la lucha que estoy experimentando – el dolor y la desesperación. Conoces el deseo de mi corazón de ser sanado de esta enfermedad. Te pido ahora por Tu toque sanador. Sé que Tú eres capaz y que así como en los tiempos bíblicos, Tú puedes sanarme.
También entiendo que Tú escogerás lo que es mejor para mí. Te pido que a través de esta prueba, me acerques más a Ti – que Tú seas mi consuelo y fortaleza. Te pido que finalmente, pase lo que pase, Tú seas glorificado a través de mí. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.”
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