Ven, Mis Misericordias Nunca Se Agotan
"Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron Sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad. ‘Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en Él esperaré.' Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca." (Lamentaciones 3:22-25).
A través de tragedias extraordinarias y circunstancias imperantes, Jeremías sintió como si sus oraciones estaban siendo obstaculizadas, encerradas bajo un revestimiento de piedra. Dolido en lo profundo de su ser, lleno de amargura, destrozado, postrado en cenizas y ridiculizado por su pueblo, clamó mientras perecían sus fuerzas y esperanzas. Entonces, se acordó de Mí. Se acordó de Mis misericordias. Recordó que Mi misericordia nunca decae. Hizo memoria de estas cosas, reconociendo Mi gran fidelidad. Él sabía que cuando todo lo demás fracasa, o lo abandona, Yo permanezco. Él dependió de Mi bondad, y con toda humildad esperó por la salvación que sabía que Yo seguramente traería. Él se acercó con un corazón arrepentido y se ubicó delante de Mí. Verás, Yo soy fiel cuando tú eres fiel, y cuando eres infiel (2da de Timoteo 2:13).
Por lo tanto, pon tu esperanza en Mí, y espera mi salvación en tus circunstancias. Sé como Jeremías, y recuerda que las misericordias del Padre nunca se agotan (Juan 1:2Lamentaciones 3:22-25). El hecho mismo de que Mi vida fue dada por ti, verifica esto. Amado mío, Mis misericordias son infinitas para ti. Con completa confianza en el carácter y misericordia de Mi Padre, soporté, cargué todo el peso del pecado con esperanza constante e inquebrantable por la esperanza puesta delante de Mí: Tú (Hebreos 12:2).
Ven calladamente, siéntate Conmigo un momento, y déjame animarte hoy. No todo está perdido, no todo es imposible. En humildad, confiésame todos tus fracasos (1ra de Juan 1:9). Yo ya sé lo que piensas y cómo te sientes. Nada de lo que digas me tomará por sorpresa. Yo estoy aquí para aliviar tu carga; intercambiar tu pesado yugo por el Mío (Mateo 11:30).
¡Cómo te amo, amado Mío! Yo soy tu porción y tu fidelidad. Mi naturaleza, Mi carácter es bondad. Yo no cambio. Aún si quisiera cambiar, que no quiero, no podría (Hebreos 13:8). Puedes confiar en esto como lo haces con un cheque que llevas al banco y cambiarlo. Es un cheque en blanco en tu vida. Yo soy tu porción. Por lo tanto, ten esperanza y espera en Mí. Espera a Mis pies. Desahoga tu corazón penitente en el Mío misericordioso, hasta que escuches las palabras: "Levántate, resplandece, hijo glorioso" (Isaías 60:1).
Oración
Señor, recibo Tu gran misericordia al confiar en Tu fidelidad, Tu bondad. Tú eres el deleite de mi alma en la tierra de los vivientes. Entrego todas mis circunstancias este día en Tus capaces manos. Confieso mi tendencia a dejar que las circunstancias me dominen, y por lo tanto, me roben mi gozo y esperanza. Jesús, Tú eres mi Esperanza, Mi Castillo Fuerte, Mi Libertador, en quien confío. Gracias por dar Tu vida para que yo pudiera vivir y tener una vida abundante, no una vida sin esperanza. Me entrego a Ti para que me alientes.
Permíteme conocer en las partes más profundas de mi ser que Tú permaneces cuando todo lo demás en que he confiado se marcha. Tú estás más cerca que un hermano. Tú eres un pronto auxilio en tiempos de tribulación. Yo retorno Tu amor confiando en Ti. Mi esperanza eres Tú, Señor, mi Roca Eterna. Te amo. En este día, espero en Ti por sabiduría, guía, esperanza, y amor duradero. Te amo. Amén.
Reflexione y escriba en su diario
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