Formas de Orar – Una Sola Manera
Existe un sinnúmero de recursos que ofrecen técnicas, rituales y aún objetos para ilustrar formas de orar. A juzgar por el extenso despliegue de libros, programas de radio y páginas de Internet que se refieren a la oración, vemos que un deseo se mantiene vivo a través de los siglos, “Señor, enséñanos a orar...” (Lucas 11:1). En nuestra relación con el Creador, deseamos mantener nuestra comunicación con el Señor personal y verdadera. El Padre Nuestro (Mateo 6:9-13) provee la respuesta de Jesús acerca de cómo lograr esa comunicación con el Padre. Consideremos cada versículo de la oración de Jesús:
“Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Cuando expresamos adoración estamos ofreciendo una oración de adoración. Dios recibe nuestra más alta estima (1 Crónicas 16:29; Isaías 6:3.) Como hijos adoradores, centramos nuestra atención en la santidad y magnificencia de nuestro Padre.
“Vénganos tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”Mientras nos familiarizamos nuevamente con AQUEL a quién nos dirigimos, reconocemos la autoridad de Dios con una oración de sumisión. Esta forma de orar es crucial si deseamos una respuesta a nuestra oración (1 Juan 5:14). La sumisión a la autoridad de Dios requiere que nos humillemos, reconociendo que Su voluntad puede ser diferente a nuestros deseos personales (2 Crónicas 7:14-15). Aún así, escogemos ser obedientes a Su voluntad (Lucas 22:41-42). La más grande oración de sumisión fue modelada a través de Jesucristo.
Formas de Orar – Que Decir
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” De todas las formas de oración, la oración de súplica (la petición sincera), es la más usada. Enfermedades críticas, problemas económicos o cualquier circunstancia extrema requiere la seguridad de que Dios está dispuesto a rescatarnos (1 Juan 3:21-22). La oración de súplica puede ser agonizante mientras intentamos transmitir nuestro sufrimiento (Lucas 22:44). Habrá ocasiones también en las que desearemos la protección de Dios, la sabiduría, y la paz, seguros que descansamos en Su cuidado (1 Pedro 5:7).
“Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Existen dos necesidades universales características al hombre – ser perdonado y mejorar, convertirse en una mejor persona en el proceso. En respuesta a nuestra consciencia de nuestra naturaleza pecaminosa, ofrecemos una oración de arrepentimiento a nuestro Padre Celestial (Romanos 3:23-26). Al recibir la aceptación de Dios a través de la sangre de Jesucristo, reconocemos la necesidad de perdón y arrepentimiento (Mateo 18:21-35).
“Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.”Dios nunca nos tienta, pero tampoco nos aísla para que no enfrentemos decisiones (1 Corintios 10:13, Santiago 1:12-15). Una oración de liberación no solamente requiere actitud, sino que demanda acción. Jesús enfrentó tentaciones en varias ocasiones ( Mateo 4:1-11, 16:23, 27:38-44) y con una actitud sumisa, actuó en obediencia a Dios. En una oración de liberación, afirmamos que Dios es verdaderamente nuestro Libertador de todas las formas del mal (Romanos 5:10; 2 Timoteo 4:18).
Formas de Orar – Juego de Niños
“Por que tuyo es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. Amen”. Para aquellos que saben que son hijos de Dios, la anticipación de pasar la eternidad con Él es gloriosa (2 Corintios 5:1-5)
Mientras oramos con adoración, reconociendo la autoridad de nuestro Padre Celestial, descansamos con la seguridad de que Sus hijos son Su mayor prioridad. La gracia incondicional y la misericordia de Dios garantizan nuestra aceptación a través de Jesucristo. La oración de fe reconoce todo lo que el Padre Eterno fue, es y será como lo promete Su Palabra. Y con nuestro “amén” afirmamos que Nuestro Padre es fiel.
Fe como la de los niños es lo que Dios desea en nuestra forma de orar. No te preocupes por cómo fraseas tu oración. Es tu voz la que Dios quiere escuchar.
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